Cuentos Deportados - Capítulo III by SebasL
"Fumaba ansioso en la sala de espera, época aquella en que los partos no eran presenciados por los padres y entonces los nervios ganaban en el terreno de la incertidumbre. “Lo felicito, es un varón”, fue lo primero que escuchó cuando el médico salió a través de la puerta, y entonces Alejandro se distendió y emocionó. Pasaron los minutos y una vez dentro del cuarto de aquél hospital la pareja observó con dulzura a Franco, el primero de los tres hijos que el tiempo y la vida les brindaría. Carlos, un amigo del club que estaba casi tan ansioso como la familia misma, se hizo presente enseguida para felicitar a los flamantes papás y ella le agradeció el tierno gesto de acercarse hasta allí tan pronto había recibido la noticia. Claro que todo no podía ser tan perfecto, entonces la sorpresa llegó. Fue al ratito nomás cuando Carlitos miró a Alejandro, le hizo el gesto que acompaña al “Bueno, ¿vamos?”, y entonces Ale le dio un beso en la frente a su mujer, pasó la mano sobre la cabeza del recién nacido y sacó un bolso que se encontraba debajo de la cama. Allí adentro tenía el conjunto deportivo para cambiarse y la raqueta para afrontar el desafío, un torneo de tenis interno que el club había organizado, y que dejaría solos a madre e hijo por el resto del día y con el obligado llanto de la primera noche."
Jajaja!!! Está muy bien, muy bien (no que el tipo se haya ido, sino cómo retratás al género). Besos!!
ResponderEliminarJe, gracias Nin, como siempre!
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