miércoles, 31 de agosto de 2011

Pequeñas cosas de la vida

¡Cuántas ganas me dan de hablar con alguno! Tanto para preguntarles. ¿Cuántos serán en total? ¿Quién el más viejo? ¿Cuál el más alto? Ante la posibilidad de la falta de respuesta y encima de estar siendo observado por alguien, por las dudas me quedo en el molde. Pero es que llaman tanto la atención. Tendrían que verlos, pero verlos en serio, observarlos. Siempre firmes sin importar las condiciones climáticas, de diversas especies, colores y tamaños. ¡Los tamaños! Ahí nomás, en la parte trasera de casa, hay uno que tiene alrededor de un metro y medio de ancho, impone un respeto con su sola presencia que mejor ni te cuento. Y ni hablar al mirar hacia arriba, pareciera no terminar nunca. Hoy caminaba temprano y los veía serenos, uno al lado del otro decorando cuadras y cuadras, tanta historia tras ellos. Nunca terminarían un censo, si hasta son capaces de escondernos de esas modernas imágenes aéreas con la cantidad de copas frondosas que forman entre todos. Y pensar que para algunos pasan inadvertidos, vaya uno a entender…

martes, 30 de agosto de 2011

Participación en TK, Capítulo X

El siguiente cuento pudo escucharse al aire durante la emisión de Time Killer del día de ayer, a través de FM Simphony 91.3Mhz. Para escuchar el programa entero y acompañar a Julián, Paula, Gustavo y Ana, , click acá. En la sección Cuentos Deportados, una breve historia sobre sorteos, premios y la suerte que los acompaña...




Cuentos Deportados - Cap X by SebasL

"¡No, no te das una idea! Entendés que justo él salió favorecido entre millones, él que nunca había ganado nada en su vida, que ni siquiera mandó la carta sino que lo hizo su novia porque escuchó de refilón el sorteo en la radio y se acordó que a él este tipo le gustaba. Imaginate, una cena entre él y su ídolo máximo, solos, para charlar al menos una hora y media solos. Claro, éste enseguida empezó a maquinarse, que le iba a preguntar por aquél partidazo impresionante en el que se jugó todo y la dejó chiquitita, aquél del gol al ángulo desde media distancia, sí, ese que dejó a todo el estadio enmudecido. O por aquella vez en que se peleó cara a cara con el inglesito morochito que le había ido fiero con los dos pies para adelante, sí, que le dijo de todo y cuando el tipo se le puso encima le sacaba como dos cabezas. Si hasta le iba a plantear por qué fue para atrás contra los primos, porque esa le quedó atragantada, justo contra los primos y a este se le ocurrió esconderse los noventa minutos, que decían por ahí que lo habían apretado en la semana… Todo tenía planeado, no se iba a guardar nada, solos en una cena íntima durante una hora y media por lo menos, porque si era por él la iba a estirar hasta la madrugada. ¿Que qué pasó? El boludo estaba tan nervioso antes de ir para el restorán que se tomó un calmante, pero si será tan nabo que no leyó el papelito que traen los remedios y se mandó una pastilla entera, era tan fuerte que se quedó dormido manejando para el boliche, se la puso contra un patrullero. Hasta que salió del hospital y de la comisaría pasaron como seis horas, solito volvió a su casa, y la novia ni bien se había enterado del accidente llamó a los del sorteo y la convencieron para que aprovechara el premio, sí, ésa que salió en la revista del otro día, la nueva botinera del momento, algo así creo que decía. Y bueno, el tipo nunca había ganado un sorteo…"

Y para concluir esta historia, un tema de Los Rodríguez llamado Mala Suerte, que dice así:

El jugador en la esquina con su caramelo,
hoy no durmió, en el sueño tenía celos.
Casi tiene su corazón prisionero,
afortunado en el amor (mala suerte en el juego).
El jugador juega con el que quiera jugar,
puede perder pero vuelve pensando que pudo ganar.
Puede jugar la noche y el día entero,
afortunado en el amor (mala suerte en el juego),
afortunado el jugador (mala suerfe en el juego).
Y en lugar de volver a su casa,
tuvo que quedarse y saber que pasa:
Cuando el aire se convierte en viento,
el jugador se juega un sentimiento.
El jugador se juega sus botas en este momento.
Afortunado en el amor (mala suerte en el juego).
(Afortunado el jugador...).
El jugador se dobla pero no se rompe,
casi empeñó su corazón traicionero.
Casi lo apuesta todo y se queda con cero,
afortunado en el amor (mala suerte en el juego).
¿Dónde estará jugando por la mañana?
Piernas de mujer duermen en su cama.
No importa si en el viento se vuela un sombrero,
afortunado en el amor (mala suerte en el juego).
Afortunado el jugador...

miércoles, 24 de agosto de 2011

Sobre colecciones y concursos

Cuando escuché que el premio del concurso era “un té para dos personas”, enseguida pensé: ¿no podrían ser al menos dos té? ¡No sean tacaños! ¿Qué tendrían que hacer, primero preparar uno, secar el saquito al sol y luego preparar el segundo? Lo mismo me sucedió en la publicidad siguiente. ¿Para qué quieren un tenedor aquellos que compren la colección de la Historia Universal que viene con el diario? Es que el locutor lo dijo claramente, “con el primer fascículo, estuche contenedor de regalo”. No lo entendía muy bien. Al igual que el famoso caso de los cordobeses y los mendocinos, ¿qué pasa si unos u otros ganan un sorteo estando fuera de sus provincias originales? ¿Les retienen el premio? ¡Cambienmé el domicilio! No sé, por las dudas ni participo, después de todo nunca gano y lo de la historia ya pertenece al pasado…

martes, 23 de agosto de 2011

Participación en TK, Capítulo IX

Volvimos, a la distancia, a participar en radio. Precisamente fue la sección Cuentos Deportados la que se pudo escuchar ayer lunes en Time Killer, con Julián, Paula y el pequeño gigante Tom haciéndoles el aguante. Para disfrutar el programa entero, click acá, para la participación de quien escribe, Play en el reproductor...


Cuentos Deportados - Cap IX by SebasL

"Él no quería ser lo que es. Lo afirmo y lo sostengo y que alguien se atreva a demostrar lo contrario. Sus sueños eran grandes, ¿pero pretendían llegar a tanto? “Primero jugar un Mundial, y segundo salir campeón”. Lo dijo cuando era un purrete, un chiquilín de potrero, como si de una premonición se tratase. Increíblemente alguien lo filmó manifestando esas palabras, y todos alguna vez tuvimos ocasión de verlo y escucharlo. Y resultó que los cumplió a esos sueños, y de una manera brillante e inolvidable para el planeta fútbol entero. Pero después… el problema fue el después. Porque quizá si lo dejábamos él se quedaba en el molde, a pesar de su personalidad extravagante. Pero ni siquiera lo intentamos. Lo buscamos, lo rodeamos, le dimos micrófonos y altoparlantes, lo arrinconamos en cada lugar posible y buscamos la foto a su lado incansablemente. Alimentamos a esa bestia que creció hasta dimensiones infinitas y nos aferramos a sus manos buscando la gloria que alguna vez supo ser, pero que ya no es. Si se veía tan feliz gambeteando y pateando esa pelota una y otra vez, con la camiseta que fuere, desde Cebollita hasta albiceleste. Pero no pudimos con nuestro genio, el del argentino recurrente que busca ídolos multifuncionales y termina a veces incluso detestando a los que no cumplen correctamente. Él tan solo quería ser lo que era, pero entre todos, de a poquito y rápido a la vez, lo llevamos a ser lo que es."

Luego de las palabras del Diego pibe, aquél que soñaba ser mundial, y tras saborear otra vez más el relato de Víctor Hugo Morales en el que aún hoy es considerado por muchos el mejor gol de la historia, pegadito nomás llega Manu Chao y su canción La vida tómbola, que dice así:

Si yo fuera Maradona
viviría como él ,
si yo fuera Maradona
frente a cualquier portería.

Si yo fuera Maradona
nunca m'equivocaría,
si yo fuera Maradona
perdido en cualquier lugar.

La vida es una tómbola...
de noche y de día...
la vida es una tómbola
y arriba y arriba....

Si yo fuera Maradona
viviría con él,
... mil cohetes... mil amigos
y lo que venga a mil por cien...

Si yo fuera Maradona
saldría en Mondovision
para gritarle a la FIFA
¡Que ellos son el gran ladrón!

La vida es una tómbola...
de noche y de día...
la vida es una tómbola...
y arriba y arriba....

Si yo fuera Maradona
viviría como él,
porque el mundo es una bola
que se vive a flor de piel.

Si yo fuera Maradona
frente a cualquier porquería
nunca me equivocaría...

Si yo fuera Maradona
y un partido que ganar,
si yo fuera Maradona
perdido en cualquier lugar...

La vida es una tómbola
de noche y de día...
la vida es una tómbola...
y arriba y arriba....

sábado, 20 de agosto de 2011

Imprevistos

Mientras sostenía el café en una mano, con la otra corrió la cortina de la ventana para admirar el día. Un sol espléndido, de esos que invitan a caminar bajo su manto. Así se dispuso entonces, a pesar de la advertencia del frío polar que se iba a instalar esa mañana y al cual estaba presto a afrontar. Eran diez cuadras hasta el trabajo, no sería exagerado el esfuerzo. Subió la barranca hacia la primera esquina, ahí arriba se enteró que lo del frío era acertado, iba en serio. En la tercera cuadra las espesas nubes grises ya habían cubierto el cielo por completo, sin dejar rastro de aquél sol que por unos instantes lo estuvo acariciando. Cuando cruzó la sexta intersección de calles comenzó a sentir unas pequeñas gotas sobre su cuerpo. Miró hacia arriba, venían directamente congeladas a punto de transformarse en trozitos de hielo. Se sonrió, recordó la letra de una canción y tarareó "que las gotas no duelen". Pero faltaba aún para llegar a destino, y cuando su frente de a poquito a poco manifestó sufrimiento por la combinación del agua y el frío apuró sus pasos en busca del imperioso refugio, al que finalmente arribó estoico. Una ventana puede mostrar la realidad en forma parcial, concluyó, y se prometió intentar mirar el panorama completo en la toma de futuras decisiones…

sábado, 6 de agosto de 2011

Los desequilibristas

Todos, absolutamente todos, con práctica, perseverancia y voluntad deberíamos poder caminar sobre una soga sostenida a unos centímetros del suelo sin caernos. Claro que casi ninguno de nosotros lo intenta, entonces cuando encontramos a alguien que sí lo hace nos gusta sorprendernos. Conclusión, los equilibristas son minoría. Y el resto, “los desequilibristas”, nos encargamos en muchas oportunidades de soplar fuerte desde un costado para intentar voltearlos. Porque sincerémonos, ¿qué espera ver la gran mayoría cuando el hombrecito allá arriba llega a la mitad del recorrido, que lo concluya o caiga al vacío? Esto pensaba anoche, cuando me dispuse a ver un programa de televisión en el cual estaba invitado un grupo musical amigo. Me refiero a “678”, emitido por la Televisión Pública. Para este ciclo, todo es color blanco cuando se debaten temas oficialistas, y gracias al archivo y al poder de las ediciones dejan muy mal parado a todo aparato opositor. En contraposición están el resto de los analistas políticos, con la señal TN y el Grupo Clarín como principales referentes y para quienes todo es color negro cuando de examinar al actual Gobierno se trata. Son muy pocos aquellos equilibristas que ejercen un periodismo objetivo sin el intento de marcar tendencias. Una lástima, uno de los principios fundamentales en la profesión. Difícil se hace entonces para el espectador entender en qué creer, y ahí nace la necesidad de una sociedad educada, coherente y que sepa pensar por sí misma, por supuesto una utopía en estos tiempos. Hay tanta tela para cortar que este texto podría convertirse en un libro. Es que me resultó triste el encontrar en una red social las críticas de los seguidores de esa banda musical amiga, muchos de ellos a disgusto y otros a favor de su participación en el programa oficialista, discutiendo cual hinchas del fútbol tercermundista que no aceptan al prójimo por actuar distinto. No sé ustedes, pero ya opté hace rato dejar de soplar fuerte, practicar e intentar una y otra vez dar pasos sin caer, difícil por cierto. Buscando ese equilibrio que me autorice ser parte de una minoría que quiere ser mayoría, y permitirme soñar con encontrar algún día una generación que no se degenere, y esa utopía antes mencionada se convierta en una linda realidad, por más cursi que suene.

Cursi: adj. y com. Que pretende ser elegante o refinado sin serlo, resultando ridículo.