martes, 16 de julio de 2013

Bajar de repente

Días como este, en los que al caminar por las calles el sol pega en el rostro y el viento viene de frente, te hacen sentir que hoy nada puede detenerte, que el mundo es tuyo, que podés llevarte todo por delante... Hasta que llega el gasista y te avisa que la instalación de la estufa se va a retrasar (ojalá termine antes de los calores de septiembre), un mail de un proveedor que pide por la cancelación de una factura pendiente y un cliente deudor que dice tener tu dinero pero no aparece. Ahí uno regresa a la realidad, se prepara unos mates, pone musiquita y pasa las horas de la tarde entreteniéndose con lo que tenga a su alcance.

lunes, 15 de julio de 2013

En mi próxima vida

Quizá todavía tengo tiempo, pero por las dudas dejo un listado de cosas que creo debería hacer cuando me toque la próxima vuelta (porque hay otra, ¿no es cierto?):
  • Agarrar las rutas hacia ninguna parte.
  • Practicar surf.
  • Viajar de mochilero.
  • Viajar mucho.
  • Viajar más todavía.
  • Conocer el mundo.
Supongo que eso sería suficiente...

viernes, 12 de julio de 2013

Marketing moderno

Hace unos meses atrás, Tomás (con sus escasos tres años de edad) descubrió junto a su abuela unos videos que se convertirían en el nuevo martirio entretenimiento de la casa. Están en youtube, la duración de los mismos oscila entre un minuto o dieciséis, y consisten en lo siguiente: dos manos abren uno tras otro de manera consecutiva huevos de Kinder para mostrar qué sorpresas tienen adentro. Muchos de ellos en idioma inglés, otros tantos en castellano neutro. Muñequitos en miniatura de Toy Story, Monsters Inc, autitos de Cars y premios totalmente desconocidos para nuestra cultura de consumo infantil se suceden constantemente. La temprana edad del pequeño Tomy y su desconocimiento sobre las artes que rodean a las computadoras obligan de alguna manera a estar cerca durante la emisión de los videos, lo cual me lleva a pensar, cuestionar y escribir textos como este. Cuatro anotaciones:

1 - Los que duran poquito suelen ser dinámicos, pero al terminar tan rápido nos obligan a estar pendientes para poner uno nuevo.
2 - Los que duran más tienen un ritmo lento y se hacen realmente aburridos, pero por supuesto entretienen por mayor tiempo al chico y nos brindan una pausa a los adultos para distraernos en otros asuntos.
3 - Hay gente en el mundo que se dedica a abrir una gran cantidad de huevos de chocolate para mostrar sus sorpresas desde todos los perfiles posibles, incluso llegando a interactuar con los juguetes de maneras bastante absurdas y aburridas.
4 - Esa gente cobra por hacer esos videos.

Sin dudas como estrategia de marketing puedo asegurar que da resultado, ya que hace meses que mi hijo pide que se le regalen estos productos de manera insistente, y de vez en cuando le doy el gusto a pesar de observar cómo los juguetes son olvidados a las horas de ser comprados.

miércoles, 10 de julio de 2013

Sobre incómodos lugares comunes



Momento incómodo si los hay, el de subir solos a un taxi o un remis y transitar el viaje. Esa situación en que dos desconocidos quedan mano a mano durante los minutos que dure el trayecto, un paseo que puede resultar confortable o convertirse en una pesadilla en cuestión de microsegundos. Porque los taxistas, los remiseros, forman parte de una tribu mediotransportista especial. No es lo mismo que los colectiveros (ojo, no los vayas a llamar ‘colectiveros’ que se ofenden, sería como decirle ‘chancho’ al que pica los boletos o ‘zorro’ al inspector de tránsito). Los choferes de colectivos interactúan en masa, si es que interactúan, y desde ahí arriba se llevan al mundo por delante. Pero los taxistas, los remiseros, es distinto con ellos. Cuando al subir al vehículo saludan serios, se quedan callados y aceleran a toda velocidad nos sentimos como en una película de terror y suspenso, en la cual nos da hasta miedo decirle al tipo que baje la velocidad porque creemos que se van a dar vuelta con un cuchillo que tienen por ahí escondido para apuñalarnos. Muy distinto es cuando se ponen verborrágicos. El clima, tema número uno a platicar; política, segundo en la lista; fútbol, si es un día bien cercano a algún partido importante. Si es el clima (¡temática aburrida si las hay!), no hay confrontación posible, pero si el rumbo dobla hacia la política o el fútbol, en mi caso, prefiero ir tanteando el terreno. No es que no me guste defender mis ideales, pero es sabido que son tópicos muy delicados y ponerme a discutir con la persona que conduce adelante mi vida y llevarle la contra y sentir cómo el velocímetro aumenta y aumenta, la verdad, no me causa demasiada gracia. El último caso que sufrí fue el de un remisero que tiraba mierda y más mierda al modelo kirchnerista. No es que el actual gobierno sea de mi agrado, pero cuando empezó a contarme de su juventud, los políticos de antes y sus planes, apenas atiné a decirle que por culpa de aquellos hoy tenemos lo que tenemos y el hombre cambió radicalmente sus gestos, llegué a destino a los zarpazos y me dio el vuelto murmurando palabras incomprensibles por lo bajo. Ahora hace tiempo que no les converso, gracias a la existencia de los reproductores de música y los auriculares, sino son los teléfonos celulares, para compartir el trayecto en silencio como viajando en un vehículo paralelo.