martes, 16 de julio de 2013

Bajar de repente

Días como este, en los que al caminar por las calles el sol pega en el rostro y el viento viene de frente, te hacen sentir que hoy nada puede detenerte, que el mundo es tuyo, que podés llevarte todo por delante... Hasta que llega el gasista y te avisa que la instalación de la estufa se va a retrasar (ojalá termine antes de los calores de septiembre), un mail de un proveedor que pide por la cancelación de una factura pendiente y un cliente deudor que dice tener tu dinero pero no aparece. Ahí uno regresa a la realidad, se prepara unos mates, pone musiquita y pasa las horas de la tarde entreteniéndose con lo que tenga a su alcance.

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