jueves, 9 de febrero de 2012

Participación en Time Killer, Capítulo XVII

El siguiente cuento pudo escucharse al aire el pasado lunes, durante la emisión de Time Killer por FM Simphony 91.3Mhz. Para escuchar el programa completo, pueden hacer click aquí.

"Esperaron que se despeje la zona, que el sol baje un poco y marcaron cuáles iban a ser los límites de los arcos. Un grupo adolescente con mate y guitarra en mano hacía de línea lateral a un lado, el mar era la referencia del otro. Empezaron jugando siete contra seis, con la esperanza que se sume algún otro, pero a los tres minutos el Adrián le pegó feo a la bocha y el pie se le infló como un globo, así que emparejaron la cosa. Con el naranja del atardecer, el lugar se había puesto paradisíaco para disfrutarlo a pleno, sin embargo la situación se puso complicada en cuestión de segundos. Primero fue un barrilete que cayó en picada y pegó con toda su furia en la jeta del Turco, que terminó con unos hielos sobre su ojo izquierdo. Después fueron a pelear una pelota cerca de la orilla entre Rodolfo y el Colo, pero este último no vio un pequeño cangrejo que estaba saliendo del agua y lo pisó, sintiendo la tenaza del bicho incrustándose en su tobillo. Ante los gritos de dolor y desesperación (porque el Colo es bastante cagón cuando ve sangre), un perro que pasaba justo a su lado lo cazó a Rodolfo de las nalgas, seguramente creyendo que éste lo estaba atacando al otro y saliendo en su defensa. Como era un perro playero, de esos que no tienen dueño, el Rodo se tuvo que ir corriendo a la clínica para darse las vacunas correspondientes; a esta altura eran cuatro contra cinco, y cada tanto intervenía el perro corriendo dentro de la cancha. Por último la cosa se puso fea cuando un pelotazo dio de lleno en la guitarra de los del grupo del costado, justo cuando todos coreaban “todo sigue igual” de Viejas Locas. El Tano se acercó a buscar la bocha y un rolinga lo increpó al grito de “qué te pasa, sos cumbia vos?”, al mismo tiempo que una chica con flequillo le revoleaba el mate amargo por la cabeza. Los que quedaban en cancha saltaron a defender al Tano, pero otras chicas que estaban en la ronda se pusieron bravas y los corrieron a las patadas y los arañazos. Finalmente uno de remera blanca dejó el faso, le dio tremendo zapatazo a la bola logrando traspasar la primera rompiente, decretando así el partido suspendido…"

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