martes, 25 de enero de 2011

Distancias insalvables

No puedo llegar a odiarte, tan solo porque hace tiempo decidí tachar la palabra odio de mi vocabulario, pero sabrás que estás en mi lista de indeseables y quería dejarlo asentado en algún lugar. No soy quien para juzgar a quienes te crean necesario, intento no entrometerme con los que te sientan indispensable, pero no me pidas que te acepte porque nunca lograrás encontrar un espacio en mi vida. El problema es contigo solamente, ya demostré que puedo convivir con otros de tu especie, aunque mi decisión final haya sido no ser parte de la comunidad que los contiene. El problema es con vos solamente, porque esos primeros aires del día no merecen que nadie los perturbe ni ahuyente. Porque hay pocos momentos tan lindos como la brisa fresca del alba acariciando los rostros, suaves delicias sobre la cara. Por eso te digo a vos, para nada estimado y siempre nauseabundo cigarrillo matutino, que por más intentos que hagas a través de terceros de acercarte a mí cada mañana, nunca llegaremos a un acuerdo ni encontraremos manera de resolver nuestras distancias.

4 comentarios:

  1. Jajaja!!!
    Cuánto amor se puede esconder en el odio, no?
    Muy simpático el escrito!
    Saludos!

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  2. Gracias Nin! El secreto a veces está en las formas en que se dicen las cosas, no? Saludos!

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  3. hoy estoy de tu lado pero he estado del otro también y te puedo decir que se disfruta tanto como usted respirando el olor de una mañana de primavera...

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  4. Jaja, no lo dudo Seba, por algo será que lo hacen... Igual creo que no podré acostumbrarme ni cambiar de parecer.

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