sábado, 18 de diciembre de 2010

"Diarios de motocicleta", el valor de la verdad

La escena transcurre en un muelle de Pucallpá, Perú, el 25 de mayo de 1952. Ernesto Guevara (Gael García Bernal) y Alberto Granado (Rodrigo de la Serna) están a punto de embarcarse y se despiden de un tercer protagonista, el Doctor Hugo Pesce (Gustavo Bueno) que les dio casa y comida durante un par de días. Anteriormente, durante el transcurso de una cena, el doctor les había pedido a los viajantes un favor, que lean y le brinden su opinión sobre una novela que había escrito y que aun no se atrevía a mostrar a nadie.

Pesce - ¿No creen que se han olvidado de algo? No me han comentado nada sobre mi novela.
Granado – La novela…
Pesce – ¿La leyeron?
Granado – Por supuesto, ¡qué decirle! Yo diría, mire, que nadie, sin exagerar, puede contar una historia como usted.
Pesce – El trabajo que me ha costado… ¿Y tú Ernesto qué opinas?
Granado – Le ha fascinado.
Pesce – Si le ha fascinado preferiría que me lo dijera él mismo.
Guevara – Eh… Mire doctor, yo siento que su libro es un poco trillado, creo que existen demasiados lugares comunes…
Pesce – Bueno, es que… Eso no es tan malo, ¿no?
Guevara – No, no… Está mal escrito básicamente, cosa que lo hace bastante difícil de leer. Es un buen intento doctor, pero creo que usted debería dedicarse a lo que sabe hacer.
(Silencio)
Guevara – Lo siento maestro, usted me pidió mi opinión y yo se la doy.
Pesce – Caramba, hijo, nadie había sido así de franco conmigo. Tu has sido el único -mira con desprecio a Granado-, el único…

La escena culmina con la alegría en el rostro del doctor, que despide a los muchachos que continuarían ahora sí su viaje...

2 comentarios:

  1. No sabés cómo me acuerdo siempre de esa escena, y todo lo que se me juega al pensar en eso. Es genial. Es la sinceridad que uno quisiera tener de los demás (y al mismo tiempo el infierno tan temido). Gracias por traerla. Saludos!!

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  2. Gracias Nin, como bien dijiste sobre los "códigos bloggeros", más allá de ellos es gratificante encontrar opiniones y que por supuesto siempre son valorables.
    Obviamente esta escena también me quedó marcada, por eso se me ocurrió transcribirla, y al revivirla observaba los gestos de ambos protagonistas... La sencillez para la falsedad en uno, y la dificultad para la sinceridad en el otro, genial interpretación. Saludos!

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