viernes, 4 de junio de 2010

Asombrado y sin final

Sí, admito mi culpa, en muchas oportunidades hablé por celular mientras manejaba. Pero estoy corrigiendo eso, tomé conciencia con el tiempo y por más que me crea capacitado para hacer ambas cosas a la vez no significa que realmente lo esté, un mínimo error puede causar estragos. De todas maneras la introducción viene por otro lado. Ayer me vi obligado a repetir la infracción, pero el motivo era acertado. Cuando regresaba por la autopista Panamericana, a la altura del puente Bancalari camino hacia Capital pude observar, en la oscuridad de las ocho de la noche, a una mujer de tercera edad caminando por la "banquina" del carril rápido. Miré dos veces, no me lo creí en un comienzo, pero estaba ahí, con paso cansino, avanzando mientras cientos de autos la rozaban a altas velocidades. Una vez que me comuniqué con los encargados de Autopistas del Sol no me dejaron terminar el pedido de auxilio que me informaron que ya estaban avisados e iban en camino. Y ahí terminó para mí la historia. Cual película con final abierto, sin nunca más saber qué sucedió. ¿Cómo llegó hasta ahí? ¿Desde dónde estaba caminando y hasta qué lugar pretendía ir? ¿Adónde está ahora?

¿Cuántas cosas suceden día a día a nuestro alrededor y somos incapaces de observar? ¿Y cuántas observamos desconociendo su final?

No hay comentarios:

Publicar un comentario